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En el fútbol la presión lo es todo. Y más su tu rival directo ya ha jugado y encima ha ganado. El Barça debe sacudirse esa presión añadida si quiere sacar algo positivo de su visita a Santander. Pero la presión blaugrana no sólo es futbolística. En el ambiente sigue flotando la renovación o no renovación del capitán del barco, Pep Guardiola. El técnico catalán se está tomando su tiempo por una razón muy simple, no quiere renovar, pero tampoco quiere desestabilizar al equipo haciendo público este deseo. Si Pep termina prolongando su contrato será más por la presión popular que por sus apetencias. Le ha venido fenomenal la insinuación de Mourinho para que nadie le pregunte por ese asunto.

Pero si revuelto está el río en Barcelona, peor está en el Racing, su rival esta tarde, y que es el ejemplo perfecto de un club desestabilizado de la cabeza a los pies. El equipo cántabro estrena entrenador, Álvaro Cervera, el tercero de la temporada tras Cúper y el triunvirato encabezado por Juanjo González. Para colmo, el recién estrenado técnico no podrá contar con su hombre más en forma, el guardameta Toño. El suplente Mario será el encargado de parar las acometidas de Messi, que viene de meterle 5 goles al Bayer Leverkusen.

Por todo ello, el duelo se presenta aparentemente desigual, pero cuidado, que el Racing ya le sacó los colores en el Sardinero al Madrid, único partido que los blancos han empatado esta temporada y al Barça le faltan jugadores tan determinantes como Alexis. Además, si el Barça se juega recortar puntos, el Racing se juega la salvación. Él equipo cántabro es tercero por la cola empatado a 24 puntos con el Villarreal, que también juega hoy. De modo que deben vender muy cara su derrota. al igual que el Barça, que antes de este partido está a 13 puntos de un Real Madrid que ayer ganó en una salida complicada.